Maria Ana Bobone com voz de anjo... cantou alguns fados.
Concertos - Dezembro 18, 2016


Tuvo una formación musical clásica en Lisboa, licenciada en piano y canto, que amplía su faceta de cantante en fusiones con la música clásica, el piano, el jazz, country, la expresión barroca y otras creaciones más allá de las fronteras del fado.
Aunque éste lo cultive con su presencia en casas de fados - como es ahora el Clube de Fado -, haya publicado al menos tres CDs, y actúe en conciertos y festivales en Portugal y en muchos países del extranjero.
El sábado, en el Teatro Filarmónica comenzó con una versión jazzística del Fado Mouraria “Zanguei-me con meu amor” y luego cantó dos fados-fados, el “Estranha forma de vida” de Amália Rodrigues y el “Primavera” de música de Pedro Rodrigues y letra de David Mourão Ferreira (para mí lo mejor del concierto) y los fados-canción “Com que voz” con versos Camões y música de Alain Oulman y el “Fado da Sina” de Amadeu do Vale. Luego hubo alguna marcha lisboeta, alguna canción popular, baladas y tres o cuatro ritmos brasileiros.
Los músicos le siguieron, como es esperable y lógico, e incluso cuando se quedaron solos en la “guitarrada” de la mitad de la velada, interpretaron unas “Variações”, con una versión muy propia y gran protagonismo del contrabajo, que fue muy aplaudido. No faltaron las palmas de acompañamiento del público en cuatro cinco tremas alegres y rítmicos.
En fin, otra noche que valió la pena vivir en el Filarmónica, con música portuguesa y un poco de fado, que es la “saudade” que nos toca hasta el año que viene.
Esta presencia está llena de estilo, elegancia, sentimiento, belleza, soltura y gracia en el escenario y una voz prodigiosa, clara, modulada, muy rica en recursos.
El sábado, en el Teatro Filarmónica comenzó con una versión jazzística del Fado Mouraria “Zanguei-me con meu amor” y luego cantó dos fados-fados, el “Estranha forma de vida” de Amália Rodrigues y el “Primavera” de música de Pedro Rodrigues y letra de David Mourão Ferreira (para mí lo mejor del concierto) y los fados-canción “Com que voz” con versos Camões y música de Alain Oulman y el “Fado da Sina” de Amadeu do Vale. Luego hubo alguna marcha lisboeta, alguna canción popular, baladas y tres o cuatro ritmos brasileiros.
Los músicos le siguieron, como es esperable y lógico, e incluso cuando se quedaron solos en la “guitarrada” de la mitad de la velada, interpretaron unas “Variações”, con una versión muy propia y gran protagonismo del contrabajo, que fue muy aplaudido. No faltaron las palmas de acompañamiento del público en cuatro cinco tremas alegres y rítmicos.
En fin, otra noche que valió la pena vivir en el Filarmónica, con música portuguesa y un poco de fado, que es la “saudade” que nos toca hasta el año que viene.
Ángel Garcia Prieto