Fados animaram a Primavera de Gijón
Concerts - Maio 17, 2017
El pasado sábado 13, recordamos que fue el día en que la canción de
Portugal ganó el Festival de Eurovisión por vez primera tras cincuenta y
tres años.
Por otra parte, en el santuario Fátima se celebraba el centenario de las apariciones de la Virgen. Aunque estos dos acontecimientos no se correlacionasen más que en la casualidad, en Gijón tuvieron lugar dos actos públicos y bien concurridos por el público en torno al fado, la música poética portuguesa por antonomasia. De modo que fecha y Portugal sí coincidieron, aunque solo fuera por puro azar y suerte.
Los dos actos, a los que acudieron unos doscientos cincuenta aficionados, estuvieron organizados por la Asociación de Amigos del Fado de
Asturias, que un año más logró ofrecer, a las ocho de la tarde en el Centro Municipal Integrado Gijón Sur, un concierto de los fadistas Cristina Madeira, Mónica Baptista y António Ganhão y los músicos Pedro Marques y Lelo Nogueira, en la guitarra portuguesa y la viola de fado, respectivamente. Luego, hacia las nueve y media, en el vecino Asador Casa Pepe, repitieron su actuación, tras una cena de sesenta comensales, en un ambiente de casa de fados, en la que también cantaron José Carvalho y Daniel Gouveia. El primero es un portugués que vive en Gijón hace más de treinta años, a la vez que posee una excelente capacidad para cantar fados; y el segundo es otro fadista que había venido a Asturias para ofrecer dos conferencias en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA de Oviedo y el Ateneo Jovellanos de Gijón.
Los músicos comenzaron con una guitarrada de Variaçoes para continuar los fadistas cantando varios fados cada uno y haciendo un par de “bises”, tras los abundantes aplausos del público. Llevaron un repertorio variado de fados-fados, fados-canción y alguna canción folklórica. Destacaría entre ellos el “Prece”, “Outra Lisboa” y “Abandono”, aunque ya se sabe que esto va en gustos. Lo que si pareció unánime es que la actuación fue mucho mejor en el restaurante que en el escenario, tanto en el canto como en las músicas; lo que no hace sino reafirmar que el ambiente propio, natural y castizo del fado son los locales pequeños, sin micrófonos ni altavoces y con un número restringido de oyentes, aunque en ocasiones sea necesario el escenario y los medios técnicos para que pueda llegar a más gente que, por fortuna cada vez más, desea escucharlo y vivirlo con emoción.
Los dos actos, a los que acudieron unos doscientos cincuenta aficionados, estuvieron organizados por la Asociación de Amigos del Fado de
Asturias, que un año más logró ofrecer, a las ocho de la tarde en el Centro Municipal Integrado Gijón Sur, un concierto de los fadistas Cristina Madeira, Mónica Baptista y António Ganhão y los músicos Pedro Marques y Lelo Nogueira, en la guitarra portuguesa y la viola de fado, respectivamente. Luego, hacia las nueve y media, en el vecino Asador Casa Pepe, repitieron su actuación, tras una cena de sesenta comensales, en un ambiente de casa de fados, en la que también cantaron José Carvalho y Daniel Gouveia. El primero es un portugués que vive en Gijón hace más de treinta años, a la vez que posee una excelente capacidad para cantar fados; y el segundo es otro fadista que había venido a Asturias para ofrecer dos conferencias en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA de Oviedo y el Ateneo Jovellanos de Gijón.
Los músicos comenzaron con una guitarrada de Variaçoes para continuar los fadistas cantando varios fados cada uno y haciendo un par de “bises”, tras los abundantes aplausos del público. Llevaron un repertorio variado de fados-fados, fados-canción y alguna canción folklórica. Destacaría entre ellos el “Prece”, “Outra Lisboa” y “Abandono”, aunque ya se sabe que esto va en gustos. Lo que si pareció unánime es que la actuación fue mucho mejor en el restaurante que en el escenario, tanto en el canto como en las músicas; lo que no hace sino reafirmar que el ambiente propio, natural y castizo del fado son los locales pequeños, sin micrófonos ni altavoces y con un número restringido de oyentes, aunque en ocasiones sea necesario el escenario y los medios técnicos para que pueda llegar a más gente que, por fortuna cada vez más, desea escucharlo y vivirlo con emoción.
Ángel García Prieto
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